Con una orientación



Positiva

La intervención psicológica, tal como se practica en Psicomálaga, no se limita al tratamiento para eliminar trastornos psicopatológicos, solucionar problemas y reducir el sufrimiento moral de las personas. Se trabaja en un enfoque positivo: promover la "salud mental", el bienestar psicosocial, el buen desempeño en el trabajo, en la familia, en la intimidad.

Se promueve también la fortaleza psicológica junto con la flexibilidad en la capacidad de adaptación a situaciones y retos nuevos que, una y otra vez, plantean las circunstancias cambiantes de la vida.

Integradora

Las personas suelen acudir al psicólogo por el sufrimiento psicológico o las molestias que les produce una situación difícil o un conflicto. Desean que les cambien las emociones, los estados de ánimo, la experiencia de la vida. Pero esos estados de ánimo indeseables dependen de comportamientos y de pensamientos inadecuados. Por eso se trabaja en un enfoque integrador que aborda todos esos elementos a la vez. Al cambiar la conducta, cambian las emociones; pero, igualmente, al cambiar los pensamientos, también cambian las emociones y la conducta misma.

En esos cambios, el psicólogo es colaborador de la persona que a él acude. Dicho de otro modo: la persona ha de colaborar, ella misma, en orden a su propia "curación" o mejora. En esta materia no se viene a consulta para que el profesional le cure a uno, le quite una ansiedad o una depresión, sin hacer nada de su parte. Es precisa la cooperación del paciente o cliente. Éste ha de saber que tiene que hacer algo por sí mismo para mejorar su situación.

Para un buen vivir

En Psicomálaga la intervención psicológica tiene por finalidad el logro de un arte de vida, de un buen vivir. Se trata, por eso, de establecer o restablecer en las personas su capacidad de relación, de amor, de gozo, también de trabajo. A ese fin se orienta la terapia, el consejo y la ayuda para resolver los problemas de la vida de quienes confían en el psicólogo.

Finalidad de la terapia y ayuda psicológica es que las personas se sientan a gusto en la vida, en sus relaciones sociales e íntimas, con capacidad para establecer relaciones nuevas satisfactorias y de mantener las que ya tienen.

No saber qué hacer y no encontrar valor a lo que se hace pone en cuestión el sentido de la propia vida. ¿Merece la pena la vida que estoy viviendo? En Psicomálaga se atiende a esa cuestión según cada persona se la plantea. Se ayuda a esclarecer los propios deseos y valores, los que pueden dar sentido al trabajo, a los esfuerzos y aficiones, y, en definitiva, a la propia vida, al desarrollo personal y a la madurez.

Todo ello se resume en una palabra: se trata de aprender a vivir, algo que no se aprende de una vez por todas, sino que es preciso recuperar en cada etapa de la vida y en las situaciones críticas. En Psicomálaga se trabaja esa vertiente psicológica mediante el método y las actividades de "clarificación de valores".